Qué mejor manera de empezar mi blog que contando una estupenda tarde de cocina con los peques. Cristina lleva tiempo pidiéndome que hagamos magdalenas pero, por circunstancias nunca había tiempo. Que si había que estudiar, que si tenían que ir a ballet.... el caso es que hoy por fin las hemos hecho. Cristina estaba toda orgullosa, porque las quiere llevar mañana al cole. Ha hecho una para cada compañero y para la profe. ¡Espero que les gusten! La receta la ha sacado ella de una revista de princesas, me ha ido dictando para que pudiera preparar bien las medidas de todo y luego ella ha hecho la mezcla. Carlos también ha ayudado, pero estaba más interesado en la parte en la que se prueba todo más que en la elaboración.
Después de hacer las magdalenas, les he metido en la bañera (primero uno y luego la otra) y he preparado la cena. Mientras se terminaba de hacer la cena, me he asomado a la habitación de Carlos (Cristina estaba aún en la bañera) y me lo he encontrado de pie, delante de la foto de mi madre, con la cabeza apoyada en las manitas. Le he preguntado si le pasaba algo, pensaba que se había hecho daño, y entonces me miró con sus ojillos llorosos. Me he acercado deprisa y le he insistido para que me contara qué le sucedía y me ha contestado con uno de sus puños frotándose el ojo: "Es que echo mucho de menos a la yaya Pili". Se me ha encogido el corazón. Nos hemos dado un abrazo y le he contado que seguro le está viendo desde el cielo, y que tiene que estar feliz, para que ella también lo esté.
A veces los niños consiguen que te pares un momento y pienses en lo mucho que les pueden afectar las cosas, y que son capaces de analizarlo todo aunque no te des cuenta.
Bueno, después de ese momento "tragi-dramático-lacrimógeno" los he sentado a la mesa y, mientras veían Bob Esponja se han arreado un plato de hervido de pescado que no me lo comería ni yo. Después han dado buena cuenta de las magdalenas (Cristina, a Carlos no le han gustado), se han tomado la leche y a dormir....
a ver si puedo poner algunas fotillos de la tarde culinaria, para que quede constancia de ello, hala!
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LAS MAGDALENAS TIENEN UNA PINTA ESTUPENDA ;-)
ResponderEliminarTIENENS RAZON AL DECIR QUE LOS NANOS,A VECES,NOS HACEN PARAR ESTA VIDA DE CARRERAS QUE LLEVAMOS,PARA PENSAR EN LAS COSA VERDADERAMENTE IMPORTANTES,LOS SENTIMIENTOS.
ME GUSTA MUCHO EL COMIENZO DE "TU MUNDO" ;-)
yo iba a decir lo mismo que Yolanda, que pinta más buena esas magdalenas, seguro que estaban de muerte.
ResponderEliminarTambién se me ha encogido el corazón cuándo he leído lo de la yaya Pili.. a veces creemos que son todavía niños, pero la verdad es que se dan cuenta y sufren como un mayor.
Me gusta el fondo del blog.. te está quedando genial, tá super chuli.
Y la tarde de magdalenas estupenda también.
Gracias chicas. Por cierto, las magdalenas estaban muy buenas....
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